“Todos los días me estoy capacitando, entonces no hay barrera. Las barreras se las pone uno”

Publicado el 23 Feb 2022

Santiago.- Tras siete años en la compañía y tres en el SOC, Paula Chávez hoy asume un nuevo cargo relevante para la operación: Coordinadora de Sala SOC, puesto recientemente abierto para la jornada diurna y que ya contaba con dos coordinadores para el turno de noche (Gonzalo Maulén y Mario Maturana).

 

Paula comenzó como guardia de seguridad, luego fue junior en el área de Asuntos Legales, colaboró en trabajos administrativos del área de Relaciones Laborales y luego del post-natal de su tercer hijo, cambió sus funciones por un área totalmente nueva para ella: el SOC. “El 18 de marzo cumpliré tres años en el área”, sostiene Paula.

 

—¿Cómo fue tu llegada al SOC?

—Yo venía para un reemplazo en el área del CAC [Centro de Atención al Cliente y que actualmente sigue a cargo] y no sabía mucho a lo que me enfrentaba. Entonces trabajar con Rodrigo Navia [entonces jefe del SOC y ahora subgerente de Seguridad Electrónica], sufrí, sufrí, jajaja. Yo ahora lo adoro y él lo sabe, pero en su momento fue difícil para mí. Yo estaba pasando por un proceso de vida personal muy triste y él, que tiene una personalidad muy potente, terminó de apretar el switch de mi vida al decirme siempre “oye, tú puedes”. Gracias a él, acá en el trabajo, tomé decisiones en lo laboral y en lo personal que cambiaron mi vida. Y se lo voy a agradecer siempre.

 

—¿Con esa experiencia sentiste que diste un salto?

—Sí. A pesar de que yo venía por un reemplazo -y que después me quedé en el cargo-, le pedí a Rodrigo que me enseñara a procesar señales de alarmas, porque quería aprender y ayudar al equipo, tanto al CGA [Centro de Gestión de Alarmas] como al CAT [Centro de Atención Técnica, en ese entonces en el SOC]. Me cambiaron el rol para ayudar a los chicos, y me convertí sin querer en un “perfil multifuncional”, como me decía Rodrigo, porque me gusta ayudar para resolver los problemas de los clientes, y de los colegas.

 

—Llegaste al SOC sin saber nada de tecnología. En una escala de 0 a 10, ¿cuál es tu nivel de conocimiento?

—Yo creo que un 8. He aprendido bastante sobre las ventajas de tener tecnología en la instalación. Por ejemplo, si no hay seguridad estática, se puede hacer una videoronda sin que esté el guardia. Igual seguimos respaldando la instalación y eso facilita que podamos optimizar los recursos. En mi trabajo también me preocupo por saber el nivel de conocimiento que el guardia tiene con respecto a la tecnología, entonces si hay cosas que no manejan bien o no conocen, les explico en detalle. 

 

—¿Y cómo fue que se gestó tu ascenso como coordinadora del SOC?

—Yo no sabía que se iba a crear el puesto y José Ruiz-Aburto [actual supervisor jefe del SOC], me comentó que habría una reestructuración en el área y me preguntó si quería tomar la responsabilidad. Yo lo acepté como un nuevo desafío. Pero él me dijo: “Esto es algo que ya llevas tiempo haciéndolo, hace rato que tienes estas responsabilidades”. Y era verdad. Así que el 01 de enero de este año asumí el cargo. Esa reestructuración viene de la mano con una propuesta de tener a nuestros operadores “pro”, es decir, que todos sepan hacer de todo, para que tengamos back-ups de equipos.

 

—¿Cuáles son las responsabilidades de un coordinador de sala?

—Velar porque el equipo CGA procese las señales en el tiempo debido y correctamente, apoyar si necesitan desplegar más cámaras ante una intrusión, apoyar al operador, gestionar requerimientos administrativos y técnicos de la sala; también apoyar a los clientes en las conexiones.

 

#BreakTheBias

Ad portas de una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la consigna de la campaña de este año apunta a romper el sesgo, #BreakTheBias en inglés, con la finalidad de visibilizar los sesgos más comunes que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral y personal, y tomar acciones para evitar que vuelvan a estar presentes en el diario vivir de las personas.  

 

El sesgo es una conducta o argumento imparcial injusto que tiende a favorecer o ir en contra de una cosa, persona o en grupo, en comparación con otra. Los sesgos son aprendidos por los contextos culturales y los más conocidos tienen relación con la equidad e identidad de género.

 

—¿Has debido enfrentar algunas barreras o sesgos antes de llegar adonde estás hoy?

—Eh, ¿lo puedo decir?

 

—Claro.

—Sí, el machismo, porque siempre te dejan de lado porque eres mujer… o te dicen que no tienes las capacidades para hacer tal o cual tarea. Yo soy frontal, pero no irrespetuosa y le digo a las personas que a mí me pueden calificar en lo profesional, no en lo personal o en lo físico.

 

—Con esa experiencia, ¿cómo debiésemos las mujeres buscar la forma de empoderarnos?

—Con la capacitación. Porque yo me capacité, estudié, me sentí segura de lo que estaba haciendo y ahora soy Coordinadora del SOC. Tengo las capacidades para asumir este rol. Yo sé que puedo avanzar, y sé que puedo hacer que mi grupo de trabajo puede ser tan bueno como yo, porque no quiero que se limite. A los chicos les enseño tal como aprendí yo.

 

—¿Piensas seguir perfeccionándote?

—Sí, quiero seguir estudiando. Pienso hacer el curso de supervisor de seguridad y ver otras cositas técnicas, porque quiero entender y enseñar bien lo que estoy haciendo. Quiero ser un buen aporte para mi jefe y el equipo.

 

—¿Cómo ves tu de preparada la organización para fortalecer la equidad de género?

Siento que se está preparando, pero también siento que la mayoría de las mujeres que estamos acá -por lo menos las del edificio- somos empoderadas. Se nota, porque se destacan bastante. 

 

—¿Cómo ayudas a romper los sesgos que enfrentamos las mujeres?

—Uno no puede pensar que un puesto está creado para un solo género. Así como lo puedo hacer Fulanito, lo puede hacer Paula Chávez. Todos somos capaces. Yo era la junior del área Legal. De un momento a otro pasé a ayudarle a la señora Yasna en los temas de los sindicatos, porque yo quería más, quería crecer más. A todas las empodero, porque fui en un momento una mujer muy sumisa, fui una mujer golpeada (ver recuadro), y no me gusta eso. Las quiero a todas empoderadas y que surjan en la vida.

 

Yo terminé mi cuarto medio hace poco, no lo tenía; entonces Securitas me dio la posibilidad de terminar mi cuarto medio. Mientras tanto, tenía miles de cosas: soy mamá soltera, tenía a mi mamá en el hospital (falleció el 30 de enero de este año), estaba estudiando, y ahora asumí este nuevo cargo. Todos los días me estoy capacitando, entonces no hay barrera. Las barreras se las pone uno. Si pude yo, que llegué al SOC buscando el teléfono fijo y Rodrigo Navia, en su humor, señalando el computador, me dijo “está acáááá”, jajaja. A las mujeres con las que trabajo siempre les digo que pueden, porque las quiero seguras, que no titubeen.

 

 

—¿En qué te inspiras para hacer de este mundo un lugar con equidad de género?

—En mis hijos, y puntualmente en mi Valentina, porque no quiero por ningún motivo que viva todos los abusos que yo viví. Tiene 17 años y es tremendamente empoderada. Potente. Me encanta y se lo celebro. 

 

—¿Y cómo vives y practicas nuestro Propósito?

—Lo vivo ayudando a nuestros clientes como a mis pares, si veo una falla, no me voy hasta tratar de solucionarlo o hasta que ya se escapa de mis manos. Y eso es gracias a cada una de las jefaturas que he tenido. A ellos les doy las infinitas gracias por creer en mí. A Manuel Muñoz, Sandra Martínez, Yasna Saldía, Rodrigo Navia y a mi jefe de ahora, José Ruiz-Aburto. De todos rescato algo que me han ayudado a formar la mujer que soy ahora.

 

[Recuadro]

—Paula, me mencionaste que fuiste una mujer golpeada. Sabes que yo respeto mucho la vida privada de las personas, te pregunto: ¿Es algo que puedo publicar?

Sí, póngalo, porque si hay alguien por ahí que yo no conozca y está viviendo algo así, que salga de ahí, porque se puede. No me da vergüenza decirlo, porque lo superé. Vergüenza me daría seguir estando allí y no abrir los ojos. Si alguien que está leyendo esta entrevista y tiene el mismo problema que yo tuve hace tres años, le digo que salga de eso, que se diga “ya no más, no me lo merezco”.