Los impactos que están cambiando el curso de la Seguridad Privada en Chile

Publicado el 15 Abr 2020

Por Pedro Valdivia

Director de Consultoría y Análisis de Riesgos de Securitas Chile.

 

Mas allá de las lamentables consecuencias fatales de la pandemia, hay que señalar que el mundo está experimentando un cambio sin retorno en todo el quehacer del ser humano.

 

Visionariamente, Albert Einstein mostró el camino que aconsejaba para salir de las crisis: No pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar superado”.

 

Cuando aterrizamos este sabio pensamiento a la realidad de Chile, no podemos dejar de señalar que estábamos ya experimentando un profundo cambio en nuestra actividad como consecuencia de los acontecimientos de octubre pasado con la crisis social, para los cuales nadie estaba preparado. Ni las autoridades, ni la Policía y menos aún la propia seguridad privada, cuyo objetivo es la prevención de delitos comunes que puedan afectar a personas y bienes.

 

De ahí nace la natural inquietud de preguntarnos: ¿Qué viene post pandemia en la seguridad privada? ¿Qué debemos hacer para aprovechar positivamente esta crisis? Ambos fenómenos, estallido social y pandemia, han marcado un antes y un después, no solo en las actividades generales del país, sino particularmente en la seguridad y del orden público.

 

Hoy muchos han aprendido, y otros hemos recordado, que existen limitaciones forzadas de las libertades a las cuales siempre estuvimos acostumbrados, sin imaginar siquiera que podría llegar un momento en nuestras vidas en que, para simplemente ir a un supermercado, tendríamos que justificar nuestra concurrencia y limitarnos a un horario preestablecido.

 

Los ejemplos son innumerables y no son ajenos a nuestro actual mundo laboral, donde muchos forzadamente cambiaron sus escritorios y puestos de trabajo, por un computador en su propio hogar, dándole vida al home office.

 

De ahí entonces que esta reflexión nos lleve a imaginar los nuevos escenarios de la seguridad. Sin duda alguna, la tecnología, particularmente a través de los sistemas de videovigilancia, serán el nervio motor de cualquier plan.

 

El cambio será radical e irreversible tras la implementación, por ejemplo, de sistemas de comunicación masivos con imágenes que dejan atrás las salas de reuniones; vídeo rondas que reemplazan patrullajes rutinarios; monitoreo analítico a distancia de todas las actividades; detección no solo de patentes de vehículos, sino niveles de temperatura corporal; cruces de líneas; reconocimientos faciales; automatización de sistemas e incluso comportamientos que ameriten sospechas.

 

Nacen los nuevos desafíos, y particularmente para Securitas, cuya visión previa a esta pandemia ya visualizaba en su desarrollo el priorizar la tecnología en todos los ámbitos de la prevención, y en la imperiosa necesidad de subir los estándares de operación de sus guardias en un plan de mejora continua.

 

Es y será una visión distinta que ya no necesitará el tradicional guardia preparado para situaciones simples, sino uno de mayor calificación que pueda mitigar los riesgos mediante el desarrollo de competencias que le permitan en manejo eficiente de la tecnología como su principal aliado.

 

Estos nuevos escenarios recién comienzan. Hay un antes y un después en nuestra actividad y la manera de enfrentar las nuevas situaciones de riesgos. Al igual que este microscópico virus Covid-19, nacen delitos de similar naturaleza como la ciberdelincuencia que no vemos, pero que sabemos que estará presente como una nueva amenaza que tenemos que conocer y controlar, como profesionales de la seguridad.

 

Nuestro futuro teatro de operaciones se asemeja a una trágica película de ciencia ficción, pero de nosotros será la responsabilidad de adecuarlo oportunamente a los nuevos tiempos en beneficio de nuestros clientes y de la continuidad de negocio.