Síndrome de la Impostora: las 4 señales de que estás autosaboteando tu carrera
Nacional.- El Síndrome de la Impostora es una expresión que ha sido utilizada cada vez más para caracterizar la acción de las mujeres que temen y retroceden ante nuevas experiencias y desafíos profesionales. A veces, estos pensamientos limitantes que nos imponemos son inconscientes, pero tienen efectos nocivos en la carrera a corto y largo plazo.
Pero, ¿qué es el Síndrome del/la Impostor/a?
El Síndrome del Impostor es un estado psicológico que puede afectar tanto a hombres como a mujeres durante su vida o carrera profesional. De hecho, según un estudio publicado en la revista científica Journal of Behavioral Science y publicado en Forbes, el 70% de la población mundial lo sufriría al menos una vez en su vida.
Johanna Rozemblum, psicóloga clínica en París, sostiene que “este síndrome expresa un sentimiento desagradable de duda permanente que consiste en no sentirse legítimo en su situación actual y tener dificultades para apropiarse de sus propios éxitos”.
Ya sea por razones culturales, sociales o económicas, muchas mujeres tienden a ser autocríticas, disminuyendo sus cualidades. Son ellas las que lo manifiestan de forma más pronunciada. También son las mujeres las que más sufren sus efectos. Por ejemplo, creen que sus logros y éxitos son el resultado de factores externos como la suerte o el azar. En situación de error, la mujer asume la responsabilidad y se castiga a sí misma de forma intensa y, a menudo, destructiva.
Las 4 señales de advertencia de que estás sufriendo el síndrome del impostor
1. Modestia excesiva
La baja autoestima y con la tendencia a banalizar y disminuir el impacto de tus esfuerzos o incluso reducir tus méritos en proyectos a los que realmente te dedicaste puede tener un efecto inverso, hace que la gente crea que no hubo dedicación y talento en tus entregas.
Otro aspecto de la modestia es que las mujeres no quieren hacer un esfuerzo significativo para no llamar la atención sobre sí mismas, mientras permanecen en un área de mediocridad.
2. Dilación
El miedo al fracaso o la falta de protagonismo, característico del Síndrome de la Impostora, puede desencadenar un sentimiento de negación al realizar actividades desafiantes, provocando que se posponga al máximo su entrega. En el peor de los casos, la dilación dificulta la realización del trabajo y la evaluación del profesional ante jefes y compañeros de trabajo.
3. Pensamientos excesivos
La persona pasa su tiempo tratando de comprender cómo pudo haber sido elegido para tal o cual puesto para cumplir tal misión. Este comportamiento puede provocar estrés y fatiga mental, lo que puede agotar las energías de la profesional para la creación y elaboración de proyectos.
4. La aprendiz eterna
La sensación de que nunca estás técnicamente preparada puede ser un factor de preocupación para muchas mujeres. Así, muchas se ven en una espiral infinita de nuevos cursos, posgrados y sesiones de coaching como una forma de tener una validación externa de su cualificación profesional y directiva.
Este comportamiento, si bien es beneficioso para que la profesional esté más actualizada y preparada para los desafíos profesionales, puede denotar una tendencia a evitar el enfrentamiento con el nuevo y el diferente, elementos esenciales para el desarrollo de las carreras.
Fuentes: Linkedin, Le Journal des Femmes