“Síndrome de la Cabaña”: cuando te sientes más seguro en casa, aun pudiendo salir de ella después de la cuarentena
Nacional.- Haber estado en cuarentena fue necesario para disminuir los contagios por Covid-19. Pero no ha sido fácil el encierro. Si de términos emocionales se trata, nos enfrentamos a nuevos desafíos.
Si bien hay algunos que esperaban con ansías el desconfinamiento, otras personas se han comenzado a sentir más seguras en el interior de sus respectivos hogares y sienten un temor excesivo a salir. Es decir, relacionan casa con seguridad y calle con peligro.
A esta reacción se le denomina Síndrome de la Cabaña, un estado emocional temporal que se caracteriza por una serie de síntomas que tienen que ver con angustia, temor y ansiedad por retomar las actividades. Según los especialistas, esto provoca que las personas tomen la decisión de no salir, porque tienen la sensación de sentirse más seguras en aislamiento. Crearon una nueva zona de confort.
Según la Red de Salud UC Christus, los signos de la ansiedad más comunes para estos casos son:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco.
- Respiración acelerada (hiperventilación).
- Sudoración.
- Sensación de debilidad o cansancio.
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
- Tener problemas para conciliar el sueño.
- Padecer problemas gastrointestinales.
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones.
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad.
Cómo evitar sufrir el Síndrome de la Cabaña
Este síndrome podría vivirlo cualquier persona, particularmente, quienes tienen sintomatología ansiosa previa. No obstante, existen ciertas condiciones que contribuyen al temor de salir, como el exceso de información y las noticias falsas que rondan sobre el nuevo coronavirus. Para evitar el síndrome de la cabaña, los especialistas recomiendan:
- Disminuir el consumo excesivo a noticias relacionadas al COVID-19.
- Tener una higiene de estrés, es decir, conectar con actividades de relajación, meditación, o realizar deporte.
- Asumir la transición que supone la “nueva normalidad”, y estar atentos y conscientes de lo que se viene.
- Si existe temor, que las salidas sean de a poco y con la confianza de que, siguiendo las medidas sanitarias de autocuidado, tendrán mayor seguridad de salir de la zona de confort.
- Pedir ayuda (siempre habrá alguien que pueda proveer contención emocional) o visitar a un especialista.
Sin embargo, también habrá quienes lo vivirán como un descanso, porque las condiciones familiares y/o habitacionales ya no favorecían un buen entorno laboral y emocional para las personas. Así, el desconfinamiento es un alivio.
Al igual que aprendimos a estar en casa, deberíamos aprender a estar en un espacio social y público, y con nuevas rutinas, como el uso de mascarilla, aforos, distanciamiento social, precaución en el sistema de transporte, entre otros. De todas maneras, no será fácil volver al trabajo y tampoco al colegio. La experiencia de cada persona cuenta y es importante dar espacio para contarlas, para que su proceso emocional sea más llevadero.
Fuentes: La Tercera, Radio Agricultura, Red de Salud UC Christus.