Qué hacer para que el síndrome del ‘burnout’ no te afecte en el trabajo

Publicado el 13 Jun 2019, En #comunicaciones

Nacional.- ¿Te cuesta levantarte para ir a trabajar, aunque hayas dormido suficiente? ¿Te sientes profundamente desgastado con lo que haces? ¿Es esto una condición reiterada en el tiempo? Si la respuesta es afirmativa, quizás estés atravesando un periodo de estrés crónico o síndrome del “burnout”  o del trabajador quemado.

 

Como se publicó hace unos días, la Organización Mundial de la Salud reconoció recientemente este trastorno como una enfermedad laboral. Se estima que afecta al 10% de la población activa en el mundo. Sus síntomas son el desgaste profundo, falta de ilusión en lo que se hace y sensación de verse superado por las responsabilidades. Muchas personas pueden estar estresadas en el trabajo, pero eso no significa que padezcan este síndrome, ya que los síntomas deben ser intensos y constantes en el tiempo. 

 

CÓMO PREVENIR EL “BURNOUT”

Evita el exceso de horas de trabajo. 

Aunque sea por pasión, no tener espacios para cuidarse supone un riesgo importante. Dedica tiempo a ti mismo/a, porque las consecuencias no son inmediatas. Aparecen entre cinco y ocho años, según los expertos.

 

Conviértete en tu propio aprendiz y no en tu verdugo.

Tal vez el entorno laboral y tus necesidades de aprendizaje te lleven a autoexigirte para cumplir contigo y los demás. Eso es bueno, pero resulta perjudicial cuando la autoexigencia es excesiva y dependes de la aprobación de otras personas para reconocer tus talentos. Es importante que comiences a identificar las oportunidades de aprendizaje como parte del crecimiento personal y profesional, y no ejercer como un/a juez/jueza que aplica sin piedad los altos parámetros de la autoexigencia.

 

Baja el ritmo.

Si alcanzas mediana edad y llevas varios años trabajando a un ritmo intenso, tal vez estés “quemándote” en el trabajo. El síndrome del trabajador quemado requiere años para declararse como tal, por lo que cuesta detectarlo a tiempo.

 

Aprende a decir no. 

Trabaja espacios de relajación y desconexión como el mindfulness o el deporte y cuestiónate CÓMO y por qué haces lo que haces. Si te rompes el lomo trabajando por los demás, por mucho que tenga sentido, y no te cuidas, construirás tu propia cárcel. Todos corremos el riesgo de quemarnos en el trabajo, ya sea por vocación o porque nos gusta lo que hacemos, y es cuando nos perdemos en los laureles y nos olvidamos de nosotros mismos. Si esto sucede, a la larga podemos desarrollar el síndrome de burnout. Está en nuestras manos prevenirlo.

 

Fuente: El País de España