Por qué una empresa debe considerarse un Equipo en lugar de una Familia
Nacional.- Es muy común que algunas organizaciones consideren que sus colaboradores/as son parte de “una gran familia”. Y, a pesar de que la mirada “familiar” en una organización es muy habitual para intentar generar una relación duradera en el tiempo, termina siendo muy perjudicial para la vinculación entre las personas.
David Burkus, psicólogo organizacional y autor de cinco libros superventas sobre ciencias sociales y aplicaciones prácticas para mejorar la vida y el trabajo, sostiene que una empresa no es una familia. Y lo que es más, una empresa no debe intentar ser una familia.
Es que si bien no está claro dónde comenzó la metáfora en la que se describe una cultura organizacional como “una familia”, lo cierto es que los resultados rara vez son positivos. De hecho, impulsar los niveles de compromiso de la familia en realidad puede dañar la cultura y la moral de la empresa.
¿Qué sucede cuando una organización es “familia”?
Burkus señala tres formas claras en que esta metáfora impacta negativamente en las personas:
1. Los límites entre el trabajo y la vida se vuelven borrosos
Muchas de las organizaciones que enfatizan ser una familia terminan tomando medidas que desdibujan las líneas entre el trabajo y la vida de sus colaboradores/as, haciendo que el tiempo de inactividad necesario para mantener la productividad, sea utilizado en pequeñas tareas o actividades extralaborales para compartir con la “familia del trabajo”.
2. Hay tendencia a aprovecharse de los/as colaboradores/as comprometidos
Al enfatizar demasiado metáfora de la familia, el siguiente paso es pedir un compromiso a nivel familiar por parte de sus colaboradores/as. Por ejemplo, se asume un proyecto tras otro, sin tener en cuenta las cargas de trabajo existentes y dificultando que los/as colaboradores/as digan que no.
En el peor de los casos, se les puede pedir a las personas demasiado comprometidas que vayan más allá del exceso de trabajo y cometan acciones éticamente inestables.
3. Son traidores/as quienes se van en búsqueda de nuevas perspectivas laborales
Si los/as colaboradores/as deciden que no les gustan los límites borrosos entre el trabajo y la vida o la ética y eligen seguir adelante, eso puede crear un problema completamente nuevo. No es raro que las empresas corten la comunicación con los excolaboradores/as e instruyan a su gente a hacer lo mismo, limitando la posibilidad de generar nuevas fuentes de conocimiento. El conocido networking.
La ventaja de construir “Equipo en la Organización” en lugar de tener una “Organización Familiar”
La intención detrás de etiquetar a una empresa como una familia podría haber sido positiva, por la necesidad de formar una cultura sólida, con personas involucradas entre sí que apuesten por altos niveles de desempeño. Sin embargo, los equipos fuertes ofrecen exactamente eso. Y así se logra:
1. Las personas están unidas por un propósito
Una de las formas más potentes de vincular a un equipo es a través de un propósito claro y definido, que motive la colaboración y participación conjunta de las personas. Como en Securitas: “Nosotros ayudamos a hacer de tu mundo un lugar más seguro”, es una expresión que refleja por qué cada una de las personas trabaja en la organización, y que se plasma en el compromiso con las personas y la satisfacción con el cliente.
2. Fomenta los límites
Tener colaboradores/as comprometidos no siempre es positivo, porque la línea entre las personas comprometidas y las demasiado comprometidas es increíblemente delgada. Muchos líderes y gerentes piensan que quieren personas que trabajen fuera hasta que terminen su trabajo, llegando temprano y quedándose hasta tarde si es necesario. Pero así el trabajo nunca se termina.
La mayoría de los/as colaboradores/as no quieren ser parte de otra familia. Quieren ser parte de un equipo unido por un propósito común y basado en la confianza y el respeto. La única forma de garantizar que las personas se mantengan productivas de una manera sostenible es asegurarse de que todas las personas también disfruten del tiempo de inactividad.
3. Celebra las salidas
No importa cuán comprometidos estén los empleados de una empresa, la mayoría de ellos eventualmente seguirá adelante. Se presentan nuevas oportunidades, ocurren cambios en la vida y también muchas otras razones para que los empleados busquen en otro lado. Por lo tanto, celebra las salidas de quienes se van en buenos términos, porque no hay mejor reclutador/a que un/a excolaborador/a satisfecho que ahora trabaja en otra empresa.
En definitiva, llamar familia a su empresa puede haber sido una metáfora bien intencionada, pero no ha sido muy útil. La mayoría de los/as colaboradores/as no quiere ser visto como familia un día y una familia divorciada al día siguiente. Quieren saber que su contribución fue valiosa incluso después de irse. No quieren líderes que se comprometan en exceso y abusen de ellos.
Fuente: Ideas TED, David Burkus