Los niveles de confianza personal —y solo uno de ellos te ayudará a convertirte en mejor líder

Nacional.- La autoconfianza es una de las habilidades más deseadas. Nos permite tomar decisiones arriesgadas y nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros/as mismos/as.

Una falta de confianza nos convierte en vulnerables, pero un nivel excesivo nos puede llevar a la arrogancia. Para no caer en ninguno de esos extremos podemos apoyarnos en una de las cualidades a la que menos atención se ha prestado en las últimas décadas: la humildad.

Según el psicólogo estadounidense Adam Grant, la confianza tiene dos dimensiones:

• Creer en nosotros mismos
• Creer en las herramientas de las que disponemos para encarar el futuro

Niveles de la confianza

Las dimensiones mencionadas, al ser analizadas en su conjunto, es posible establecer cuatro niveles de la confianza:

N1. Arrogancia ciega

Caemos en ella cuando confiamos plenamente en nosotros y no tenemos ninguna duda hacia nuestras habilidades de cara al futuro. Este punto es preocupante porque nos sentimos excesivamente cómodos y no dejamos espacio para cuestionarnos. Se reconoce como: “estoy muy seguro/a de todo”. 

N2. Duda debilitante

Este cuadrante es también preocupante en la medida que nos vacía de confianza en nosotros y en nuestras habilidades. Puede llegar a ser una posición paralizante. Se reconoce como “No sé nada ni confío en mí”. 

N3. Inseguridad obsesiva

Confiamos en el plan, ya sea empresarial, una aventura personal o cualquier tipo de proyecto, pero no nos sentimos cómodos para llevarlo a cabo. Puedes identificarla como: “Confío en el método, pero no en mí”.

N4. Confianza humilde

En este cuadrante entra en escena la humildad en un sentido positivo y dulce. La confianza en uno mismo es una buena receta para la vida, pero nadie tiene a ciencia exacta las mejores respuestas ante los desafíos futuros. Se reconoce como: “Confío en mí y me abro a la duda de la mejor solución”. 

Los mejores jefes son aquellos que se muestran seguros de sí mismos, pero, al mismo tiempo, dan espacio a la duda y se abren a los comentarios de terceros. Es decir, son seguros y humildes. Pocos jefes arrogantes se convierten en líderes.

Fuente: El País