Los 5 mayores mitos sobre el trabajo de la seguridad presencial
Nacional.- “Cualquiera puede hacer eso”. “No se requieren calificaciones”. “Es un trabajo aburrido”. Estos son solo algunos de los prejuicios contra el trabajo de los guardias de seguridad que encontramos hoy y todos los días. Y la mayoría de ellos están lejos de la realidad:
1. Cualquiera puede hacer seguridad presencial sin calificaciones
De acuerdo con la legislación vigente, quien se desempeñe como guardia de seguridad debe contar con el curso de OS-10 vigente, un entrenamiento obligatorio que exige nuestra Autoridad Fiscalizadora para el ejercicio de la seguridad privada. Además de lo anterior, es preciso contar con los requerimientos que establece la norma: ser mayor de 18 años y contar con Enseñanza Media completa y aprobada.
Si bien son requerimientos transversales en la industria, estos pueden variar según las solicitudes de nuestros clientes, quienes presentan diferentes necesidades de seguridad y según las cuales se seleccionan a las personas adecuadas. Por ejemplo, en un servicio es posible que se exija personal con dominio de idioma inglés, mientras que en otro servicio no es obligatorio ni necesario.
Además, cada nuevo/a integrante es debidamente capacitado/a con la información corporativa y los protocolos de seguridad que debe seguir en su lugar de trabajo. Esto ofrece la oportunidad de seguir desarrollándose profesionalmente de acuerdo con el sistema educativo interno. Revisa tú mismo/a las Vacantes Disponibles que tenemos para ti en www.institutosecuritas.cl
2. El trabajo de la seguridad presencial es fácil
Hay otro mito común relacionado con esto, y es que el trabajo de la seguridad física es simple. Es todo lo contrario. Quien se desempeñe como guardia de seguridad, incluso como supervisor/a, puede traer muchas situaciones difíciles, tanto física como mentalmente.
La seguridad está literalmente a la vanguardia: muchas situaciones de crisis son las primeras en llegar, y a menudo los equipos de seguridad se enfrentan a discusiones e incluso a agresiones físicas. Por lo tanto, el trabajo requiere aptitud física, capacidad de recuperación mental y también habilidades de comunicación.
En Securitas, contamos con nuestro propio centro de aprendizaje, el Instituto Securitas, que enseña a nuestros/as guardias de seguridad y supervisores/as entrega capacitaciones online y presenciales (a medida que el COVID-19 lo permite), acerca de cómo manejar situaciones de crisis, cómo lidiar con la comunicación de crisis, qué hacer ante un asalto, entre otros.
3. El trabajo de la seguridad presencial es aburrido
Debido al hecho de que la tarea de los guardias de seguridad es garantizar la seguridad de los edificios e instalaciones, la mayoría de las emergencias son de su competencia.
Por ejemplo, en el último año la pandemia de covid-19 ha sido un ejemplo típico, trayendo desafíos completamente nuevos y socialmente importantes para muchos/as guardias de seguridad, quienes están a cargo de mantener el espacio, controlar el uso de mascarillas o medir la temperatura en el control de acceso.
La vida laboral de un guardia de seguridad es rica en historias divertidas, inusuales y dramáticas. Tenemos innumerables casos, desde quienes han salvado la vida de muchas personas con su rápida respuesta y primeros auxilios, pasando por quienes han devuelto bolsos con altas sumas de dinero, hasta quienes han custodiado las llaves de un vehículo olvidadas en espera de sus dueños.
4. La seguridad presencial no tiene poderes
En efecto, el personal de seguridad física debe actuar dentro de los límites de la ley.
Sin embargo, la idea de que un/a guardia de seguridad sólo sirve como elemento disuasorio es errónea. En ciertos contratos con tecnología asociada, los guardias de seguridad cooperan regularmente con Carabineros, mediante el sistema Alpha III (una plataforma informática de Carabineros que verifica las alarmas enviadas desde nuestro SOC en caso de robo), para facilitar que los atacantes sean detenidos a la brevedad.
Por lo tanto, el personal de seguridad es muy válido no solo para prevenir el delito, sino también para combatirlo activamente.
5. El trabajo de la seguridad no tiene perspectiva, algún día será reemplazado por completo por la tecnología
El trabajo de la seguridad presencial está cambiando y evolucionando. Pero eso ciertamente no significa que se esté dirigiendo hacia la extinción.
Al contrario. Incluso la mejor cámara o sensor inteligente necesita una persona que les diga qué hacer y responda a sus alertas posteriores. Mientras que antes el personal de seguridad se tenía que conformar con una vigilancia regular, en las que sus mayores ayudantes eran la vista y el oído, hoy cuentan con una amplia gama de herramientas tecnológicas a su disposición, como el sistema TrackTik que está reemplazando Vision.
En otras palabras, el trabajo de un guardia de seguridad se está volviendo cada vez más diverso y calificado gracias a la tecnología moderna. De esta forma, un equipo de seguridad experimentado sigue siendo el mayor valor agregado de una buena empresa de seguridad.