En cuarentena no solo nos invade el COVID-19, sino también los virus… MENTALES

Publicado el 1 Abr 2020, En #comunicaciones #Prevención Coronavirus

Nacional.- En tiempos de cuarentena extendida coronavirus, los virus mentales también son preocupantes. Se trata de un concepto derivado de la Programación Neurolingüística, y básicamente se trata de cadenas de creencias y paradigmas que actúan en forma nociva para quien las posee, alimenta y transmite.

 

Los virus mentales son una forma de manifestación de la imposibilidad de avanzar en la vida, poniendo frenos y todo tipo de limitaciones inconscientes hasta que se hacen más evidentes por el devastador resultado que producen, minando la voluntad hacedora y de autoestima.

 

Aparecen, en general, por el proceso de aprendizajes que desarrolla su estructura psíquica (desde que nace hasta los siete años). Son tan nocivos que afectan los aspectos esenciales para el equilibrio vital, como la gestión de las emociones y la calidad de vida.

 

Por otro lado, el entorno de las personas afectadas también sufre, ya que se les contagia. Por eso es esencial trabajarlos, reconocerlos y desactivarlos para beneficiarse con una vida más plena y en equilibrio.

 

¿Cuáles son los virus mentales?

La lista puede ser larga (más abajo) y lo más paradójico es que se los acepta como normales, cuando en verdad son absolutamente limitantes:

  1. La culpa
  2. El miedo (agrandándolos a niveles de fantasía extrema)
  3. El pensamiento negativo
  4. La queja permanente
  5. La falta de empatía
  6. El apego al pasado
  7. La envidia
  8. Los celos enfermizos
  9. Las profecías catastróficas
  10. La obsesión con las debilidades y carencias
  11. La dependencia de la aprobación ajena
  12. El resentimiento (por creer que todos le deben algo)
  13. El sentimiento de victimización (ante la vida, la familia, la pareja, el trabajo, el país, el mundo)
  14. Tomar decisiones para agradar a los demás
  15. Rechazar la ayuda de otros

 

¿Qué producen?

Estos virus producen un estado de acostumbramiento al inconformismo que deriva en un letargo paralizante que, al final, transforma al ser humano en un mediocre. Quienes los padecen se excusan con frases muy recurrentes en su lenguaje o actitudes cotidianas, como “no sé qué me pasa”, “me siento mal”, “tengo miedo”, “no sé”, “sí, pero”.

 

¿Cómo curarse de los virus mentales?

  • Si la persona asume sus virus mentales con conciencia, constancia, perseverancia y actúa en consecuencia, puede transformar lo negativo en positivo, mediante un trabajo dedicado y profundo.
  • A veces se requieren sesiones de psicoterapia en casos de disturbios emocionales severos o patologías de base.
  • Para llevar adelante un proceso de autopreservación y recuperación del impacto de los virus mentales es necesario desarrollar un programa continuado, que se acompañe de técnicas de afrontamiento, visualización creativa, reestructuración de modelos mentales, manejo y control del estrés y la ansiedad, y estrategias de reprogramación neurolingüística.

 

¿Cómo prevenir los virus mentales en las empresas?

  • Mantener una posición abierta a los cambios.
  • Practicar modelos mentales superadores.
  • Trabajar sobre los comportamientos limitantes en general.
  • Observar la prevalencia del miedo como condicionante del equilibrio vital.
  • Nutrirse de disciplinas de introspección y profundidad interior.
  • Estimular la toma de consciencia sobre el enorme potencial de cada ser humano.
  • No minimizar lo que relata una persona desde su construcción de una autocharla negativa: es lo mejor que puede hacer hasta el momento.
  • Utilizar técnicas de ecología verbal: cambiar el lenguaje permite flexibilizar los paradigmas mentales.
  • Mejorar modelos de comunicación interpersonal en forma asertiva.
  • Mejorar los entornos donde interactúa la persona.
  • Llevar un registro de los avances por pequeños que sean (una libretita sirve)
  • Aceptar y entender que los virus mentales nos afectan a todos. La clave está en qué hacemos con eso y cómo evitamos que invalide nuestra vida.

 

Fuente: El Cronista