¿Crees que la luz del sol pasa de ti por estar todo el día en la oficina? Aquí hay 3 recomendaciones para que no te ocurra
Nacional.- Pasar más de 45 horas a la semana en una oficina, bajo luz artificial (por mucho que sea LED), puede hacer que la mayoría de nosotros nos sintamos inquietos, como si nos estuviéramos perdiendo todo el sol hasta el fin de semana.
Es cierto que estamos en invierno, pero la benevolencia de la naturaleza nos ha permitido disfrutar, extrañamente, de un sol invernal que vale la pena incorporar en la jornada laboral. La exposición a la luz del día es un conocido estimulante del estado de ánimo y juega un papel importante en la regulación de nuestro ritmo circadiano, o nuestro ciclo de sueño y vigilia. Trabajar de día no tiene que estar desprovisto de luz natural. Intenta mezclar tu día laboral con estas recomendaciones para mejorar tu estado de ánimo y rendimiento durante la jornada:
Programa una reunión al aire libre o toma una llamada a pie
No tienes que dejar de lado tu ocupada carga de trabajo para disfrutar de un cambio de escenario. En lugar de reservar una sala de reuniones, como de costumbre, para una próxima reunión, hazlo al aire libre. Salir de nuestro entorno habitual conlleva tener conversaciones nuevas y con emocionantes direcciones. Cuando regreses a tu escritorio, te sentirás renovado y listo para enfocar. Para tener presente: en la temporada estival reabriremos nuestra azotea del Edificio Corporativo para que la utilices con estos fines 😉
Da un paseo a la hora del almuerzo
El almuerzo es un momento ideal para salir a refrescar la mente o almorzar un menú especial, pero no necesitas tener un destino en mente, ni siquiera gastar dinero, para aprovechar este punto natural de pausa en la jornada laboral. Según un reciente estudio de la Universidad de Michigan en Frontiers in Psychology, se ha descubierto que solo 20 minutos fuera, incluso en un entorno urbano, reduce nuestros niveles de cortisol, la conocida hormona del estrés.
Trabaja cerca de una ventana para inspirarte creativamente.
Intenta que la orientación de tu escritorio quede cerca de la ventana, para que puedas ver el exterior y tengas luz de día. Si no es posible, dadas las condiciones estructurales de la oficina, sube/corre las cortinas, en la medida de lo posible, para que tengas luz natural… o, al menos, puedas ver el paisaje que te rodea.
Fuente: Thrive Global