Conoce la complicada secuela que podría dejar el cáncer de mama

Publicado el 8 Oct 2019, En #bienestar

Nacional.- Para aquellas personas que han sido curadas contra el cáncer de mama, o han podido controlarlo, la necesidad de retomar la rutina con una buena calidad de vida se vuelve fundamental. Sin embargo, esta grave enfermedad deja secuelas producidas por los mismos tratamientos recibidos, por lo que es importante saber qué es, sobre todo en un mes como este, en el que se sensibiliza contra el cáncer de mamas. 

 

Se trata del linfedema, una acumulación de líquido linfático en el brazo que está al mismo lado de la mama operada, luego de extirpar el tumor y los ganglios linfáticos para determinar si la enfermedad se ha extendido. 

 

“El linfedema es una complicación histórica de la cirugía de cáncer de mama. Hace algunos años, se solía realizar una disección axilar, extirpando más de 10 ganglios de esa zona, lo que repercutía en el drenaje del líquido linfático. Hoy, en cambio, estamos haciendo disecciones axilares en un grupo minoritario de pacientes con cáncer más avanzado. En general, trabajamos con nuevas técnicas que disminuyen la agresión a los ganglios y la axila, lo que reduce de manera importante el riesgo de desarrollar linfedema”, explica el Dr. Camilo Torres, cirujano de mama del Instituto Oncológico FALP, nuestro seguro oncológico en convenio.

 

Los especialistas de FALP detallan que aunque se han desarrollado alternativas quirúrgicas que pueden dar una solución al linfedema —la unión de vasos linfáticos y venosos, o el trasplante de tejido linfático para reemplazar a los ganglios retirados—, para la mayoría de las pacientes sigue siendo una condición irreversible, pero que se puede mantener bajo control.

 

DETECCIÓN PRECOZ, UNA MÁXIMA

De acuerdo con los especialistas, el linfedema en una paciente tratada por cáncer de mama puede aparecer en cualquier momento una vez realizada la cirugía, y el síntoma común es una pesadez en el brazo. Sin embargo, la mayoría de las pacientes no consulta a su médico hasta que ven que ha aumentado de tamaño o está enrojecido.

 

Esta inflamación es un diagnóstico crónico, lo que significa tener precauciones de por vida:

  • Solicitar información oportuna sobre la presencia y tratamiento del linfedema.
  • Buscar un tratamiento kinesiológico adecuado.
  • Realizar actividad física general para activar el bombeo en el sistema linfático (bicicleta estática o caminatas).
  • Si el linfedema está presente, la paciente debe utilizar, diariamente, una manga de tratamiento compresiva especial, incluso al realizar actividad física.
  • Si no presenta síntomas de linfedema, de manera preventiva se puede utilizar una manga compresiva en forma ocasional.
  • Asistir a sesiones periódicas de drenaje linfático que se requieran.
  • Evitar tomarse la presión en el brazo comprometido
  • Evitar punciones y cortes
  • Proteger el brazo del contacto con el calor y de las picaduras de insectos, porque puede desencadenar una infección.

 

La rehabilitación será más eficaz y efectiva a medida que la detección sea temprana; aunque igual existen tratamientos si se descubre de manera tardía. Lo importante es que se puede manejar correctamente para llevar una vida normal.

 

Fuente: FALP