Comunicar con amabilidad: 3 estrategias de los líderes para fortalecer el vínculo con sus equipos de trabajo

Publicado el 9 Jul 2024, En #comunicaciones

Nacional.- En toda comunicación interpersonal, los líderes deben errar por el lado de la bondad. Esta declaración es aparentemente simple, pero se necesita valentía para vivirla, especialmente ahora.

 

De hecho, un gran liderazgo consiste en conectarse con las personas haciéndolas sentir vistas y escuchadas. Esto implica pequeños gestos y un comportamiento general que permiten la conexión.

 

Para un líder sénior, así como para cualquier aspirante a líder, este tipo de comunicación es importante en las interacciones diarias, así como en las conversaciones importantes y difíciles.

 

He aquí tres formas de hacerlo.

 

1- Romper la actitud defensiva con amabilidad

Si te encuentras en una situación enconada es cuando más amable deberías ser. Esto no significa que no muestres tu incomodidad o tu ira, sino que, en contexto laboral, si quieres atenuar un conflicto, la ira no es la respuesta más adecuada. Por su parte, la amabilidad facilita una apertura tanto de mentes como de corazones.

 

2- Dar crédito a quien crédito merece

A la gente le gusta ser vista y apreciada. Reconocer a quien lo merece genera entusiasmo, trabajo duro, confianza y lealtad. Practicar la gratitud también estimula la creatividad y ayuda a disminuir los momentos de incertidumbre y ansiedad por el trabajo realizado.

 

3- Dar espacio y claridad a la otra parte

Ya sea que se trate de una pregunta rápida e inocua o de una mala noticia seria, siempre pregunta si es un buen momento y trata de darles una idea de lo que quieres discutir. Esto le da a tu equipo la oportunidad de prepararse para cualquier sorpresa o noticia difícil que necesites compartir, y dejas en claro que estás interesado en escuchar su respuesta.

 

Ello puede ser tan simple como comunicarse con un colega y decirle: “¿Es ahora un buen momento para hablar sobre nuestra campaña comercial?”, en lugar de agendar una reunión sin previo aviso o sin un contexto adecuado para abordar el tema.

 

No siempre tendrás tiempo para prepararse, pero aún hay maneras de darle espacio a la otra persona. Independientemente de las tácticas que elijas, la idea es no agobiar a la otra persona en tu conversación. En su lugar, trata de enfocarte en la otra persona, no en ti. Por difícil que sea, especialmente en el mundo polarizado y acelerado de hoy, aporta grandes dividendos a sus relaciones, liderazgo y bienestar.

 

 

Fuente: Infobae