Cómo maximizar la productividad en un entorno de trabajo híbrido

Publicado el 26 Jul 2021, En #comunicaciones

Nacional.- En esta nueva normalidad, el aumento del trabajo híbrido ha provocado todo tipo de conversaciones sobre la seguridad de COVID-19, y en muchas de estas discusiones es fundamental la idea de productividad y cómo diseñar un modelo de trabajo que maximice la producción de las/os colaboradoras/es, al mismo tiempo que permita la flexibilidad que muchas personas esperan.

 

En este sentido, ¿qué tareas y responsabilidades deben reservarse para el trabajo en la oficina y cuáles deben considerarse más como un trabajo remoto? ¿Para qué proyectos es necesario estar juntos? ¿Qué tipo de actualizaciones de la oficina serán necesarias en el servicio de la colaboración? Y finalmente, si parte del equipo es solo remoto, ¿cómo pueden sus líderes asegurarse de que las/os colaboradoras/es presenciales no reciban una ventaja injusta?

 

Estos son algunos de los factores que se deben considerar para sacarle partido al trabajo híbrido:

 

SE TRATA DE ORGANIZAR TAREAS

 

Es importante pensar qué responsabilidades son las más adecuadas para el hogar y cuáles son las más adecuadas para el entorno más colaborativo de la oficina. De esta forma, se priorizan las tares en función a estos dos espacios. Como ejemplo, programar reuniones y planificar el próximo trabajo pueden realizarse en casa.

 

Mientras tanto, otras tareas que dependen más de las aportaciones de otros o que se realizarían más fácilmente en persona, como reuniones, se pueden programar para días en la oficina. Además, a medida que las condiciones sanitarias lo permitan, el trabajo en la oficina es una oportunidad para retomar actividades presenciales que fomenten la vinculación del equipo y el pensamiento creativo.

 

UN CAMBIO DE “COMPROMISO” A “EXPERIENCIA”

 

La experiencia de los/as colaboradores/as es cada vez más una prioridad para los ejecutivos. Durante un buen tiempo, al inicio de la pandemia, es cierto que la mayoría de las compañías se centraron principalmente en las políticas, como quiénes deberían estar en la oficina y durante cuánto tiempo. 

 

Ahora llegó el momento de cambiar el énfasis a prácticas reales que respalden el bienestar y la productividad de las personas en el largo plazo, ya que lo que se puede hacer de manera más productiva en casa depende realmente de las circunstancias domésticas particulares.

 

Así, el trabajo híbrido es experiencial: hay quienes han encontrado una nueva forma de vida, otros aún se están recuperando del encierro. Por lo tanto, es posible que nos encontremos con tres clases de colaboradores/as: quienes no pueden esperar a regresar; quienes temen volver a la oficina por temor a contagiarse; y quienes trabajan bien en cualquier formato.

 

ADAPTACIÓN: UN ESFUERZO CONTINUO POR DEMOCRATIZAR EL LUGAR DE TRABAJO

 

Ante estos cambios, es clave que la cultura corporativa comience a incorporar el trabajo híbrido como parte de su modo de convivencia, o al menos, las personas sientan que tienen la posibilidad de trabajar desde su hogar cuando lo necesiten. Asimismo, es importante recalcar que estas modalidades de trabajo no influyen en el desarrollo profesional dentro de la empresa.

 

De esta forma, los líderes deben enfatizar las nuevas reglas que promueven explícitamente la flexibilidad, pero también demostrar una conciencia, ya sea que esté en la oficina o no, tendrá las mismas oportunidades de promoción.

 

Finalmente, quienes trabajen en modo presencial tendrán que adaptarse a trabajar en equipos donde algunos miembros son remotos y viceversa. Este formato híbrido, evidentemente ofrece oportunidades para rediseñar las oficinas, tener espacios comunes de trabajo y por sobre todo, permitir que los equipos potencien su productividad con versatilidad y desarrollen su creatividad en la máxima expresión.   

 

Fuente: Fast Company