Alimentación Segura: recomendaciones para Semana Santa (o el fin de semana XL, si no la celebras)
Nacional.- Durante Semana Santa, el consumo de pescados y mariscos aumenta considerablemente, por lo que es importante tomar las precauciones necesarias en cuanto a su compra, conservación y preparación para evitar infecciones gastrointestinales e intoxicaciones.
Lo primero es buscar lugares debidamente establecidos, ya sea para comer o para comprar. Es fundamental revisar bien estos productos antes de adquirirlos para saber si están frescos y limpios. El pescado, por ejemplo, debe tener los ojos brillantes, buena consistencia, aroma fresco, agallas rojas y piel húmeda y firme.
Los mariscos deben estar vivos y con sus conchas cerradas, de lo contrario, al tocarlas se deben cerrar inmediatamente. Es necesario mantener estos productos refrigerados, evitando que se rompa la cadena de frío y si se van a consumir días después de comprarlos, se deben congelar.
En cuanto a la preparación, la cocción es imprescindible para prevenir enfermedades gastrointestinales (el limón, por ejemplo, no sirve para cocer estos alimentos). Los mariscos no se deben comer crudos y hay que hervirlos, entre 5 y 15 minutos.
Al cocinar, junto con mantener las condiciones de higiene saludables en el lugar donde se realiza la preparación –manos y utensilios limpios-, es fundamental evitar la contaminación cruzada, es decir, el contagio entre el producto infectado o sus residuos y otros alimentos, como verduras. Para esto hay que lavar bien las superficies y lo que se usó para cortar el pescado crudo.
Los cuadros más comunes por consumo de pescados y mariscos en mal estado son:
- Gastroenteritis por mariscos infectados: demora entre uno y dos días en manifestarse y sus principales síntomas son diarrea, vómitos y cólicos abdominales.
- Alergia a los mariscos: sus manifestaciones pueden tardar desde unos cuantos minutos hasta un par de horas en aparecer, y son vómitos, diarrea y dolor de estómago.
- Intoxicación por pescado: produce enrojecimiento facial, dolor de cabeza, inyección conjuntival, picazón, náuseas y vómitos, diarrea o dificultad para respirar.
Fuente: Ministerio de Salud, Clínica Mayo