5 etapas para derribar el miedo y conseguir cualquier objetivo que se tenga en mente
Nacional.- Vivir sin miedo no es posible, el miedo es necesario, pero superar el miedo que nos impide avanzar, el que nos bloquea, es una de las mejores formas de crecer como personas y de alcanzar una vida más plena.
¿Qué es el miedo?
El miedo de una emoción primaria que nos alerta de una posible amenaza y nos indica que debemos tomar medidas para protegernos. Por tanto, su objetivo principal es mantenernos a salvo. El problema viene cuando es el propio miedo el que no nos deja vivir.
A lo largo de nuestra vida enfrentamos diferentes situaciones cargadas de incertidumbre que nos provocan miedo. Así vamos desarrollando miedo al fracaso, miedo al rechazo, miedo a las pérdidas, miedo a la muerte y, sobre todo, a los grandes cambios.
Fases para derribar los miedos
Cuando buscamos nuevos caminos o queremos conseguir un objetivo trascendental en nuestra vida o profesión, es tan importante identificar qué queremos como reconocer los frenos o los miedos que nos impiden alcanzarlo.
O, dicho de otro modo, tenemos que identificar cuáles son los apegos, las viejas creencias que nos dificultan seguir avanzando.
Para eso podemos apoyarnos en un proceso que consta de cinco fases que plantean los investigadores Robert Kegan y Lisa Laskow Lahey, de la Universidad de Harvard, en su libro Inmunidad al cambio.
Primera fase
Esta consiste en preguntarnos qué nos gustaría conseguir. Cuáles son nuestros sueños. Por ejemplo, tener más amigos o ser más amable con uno mismo ante un error.
Segunda fase
Implica identificar cuáles son los viejos hábitos que nos impiden conseguir lo que buscamos. Aquí surge una brecha interesante entre nuestro deseo y lo que realmente estamos haciendo. Queremos ser más sociables o mejorar en nuestro diálogo interior, pero nos encerramos en casa o nos machacamos a la primera de cambio.
Tercera fase
Consiste en plantearnos qué ventajas me aporta seguir repitiendo lo que hago aunque no me convenga. Todo hábito, aunque no nos convenga a priori, tiene algún tipo de beneficio que nos dificulta desapegarnos de él. Son los saboteadores ocultos que nos impiden conseguir nuestros objetivos. Por ejemplo, podría ser evitar el miedo al rechazo y, por eso, me quedo en casa. O la creencia de que, si me relajo ante los errores, puedo dejar de ser responsable. Cada persona tiene un miedo o una creencia loca sobre la que debe indagar para desprenderse de ella.
Cuarta fase
Esta fase consiste en desmontar las creencias locas o los miedos, es decir, identificar en qué supuestos se apoyan. Por ejemplo, “si no soy exigente conmigo mismo me puedo convertir en un vago” o “si me muestro vulnerable, las personas dejarán de confiar en mí”. Una vez más, cada uno tiene su propio discurso.
Quinta fase
Por último, necesitamos derribar los supuestos anteriores. Para ello podemos desgranar cada una de las etapas anteriores con preguntas poderosas como, por ejemplo: ¿todas las personas me rechazan? ¿Cuándo me ha sucedido? ¿Qué puedo hacer para remediarlo?
Por suerte, tenemos la posibilidad de utilizar el pensamiento crítico sobre nuestras propias creencias para desmontar miedos y desbloquear los frenos que nos impiden conseguir nuestros objetivos.
Fuente: El País